




Mangalitza

La Mangalitza, un animal de evidentes virtudes gastronómicas, suele compararse con la carne de Wagyu por la calidad de las grasas que la caracterizan y el sabor incomparable que proporciona. De hecho, su carne hace salivar a los paladares más experimentados y se derrite ante los paladares más exigentes.

Esta raza rústica, generalmente más robusta y maciza que los cerdos convencionales, no tolera bien el encierro, por lo que se crían en extensiones de tierra suficientes para que puedan retozar y escarbar en la tierra con su hocico. Se dice que se necesita alrededor de un acre por manada de unos veinte animales para que estén cómodos. Toleran muy bien las temperaturas muy bajas. El Mangalitza es tranquilo, sociable y también muy resistente a las enfermedades.

La crianza de estos animales dura entre 8 y 12 meses antes de que estén listos para el consumo, casi el doble que la de los cerdos convencionales. Este tiempo permite que la carne desarrolle su carácter y explica también el mayor costo de esta carne de altísima calidad. Las camadas de Mangalitza también son más pequeñas.

A pesar del alto precio, el sabor excepcional de la carne de Mangalitza, considerada la mejor para producir charcutería de alta calidad, impresiona tanto a consumidores como a especialistas.